Me empecino en perderme por el camino de la vida... las palabras son mis salvadoras pues ellas me ayudan a encontrar-me nuevamente en (con) el sendero correcto...
Mi fuga hacia mi misma me llevo al encuentro del silencio, tan ansiado. Con la realidad como ruido de fondo, me refugie en un rincón calido de mis deseos, donde pase 30 minutos disfrutando de ser yo misma.