sábado, 22 de enero de 2011

Comenzar.


Con la ciudad empezando a dormirse, la frivolidad en la televisión, un cigarrillo recién encendido y mientras disfruto de la frescura de la noche, me doy unos minutos para reflexionar sobre esta etapa de mi vida, sopesando las decisiones tomadas y tratando de madurar ante mis temores. Es fácil mirar hacia atrás y sonreír por los logros pero el mañana es el camino a transitar, sus desafíos son los que tengo que superar y conformarme no es la mejor estrategia; es hora de proyectar hacia el futuro, lo que mas cuesta es arriesgarse pero nada obtendré si no lo hago; dependo de mi misma para forjar ese mañana mejor pero éste no es solo para mi y allí reside la necesidad de definir el rumbo de mi vida.